Farmacología gediatricos

La creciente emergencia del paciente geriatrico como
partepredominantedelaconsulta médica primaria se
vuelve cada dia un area de mayor atencion en nuestra
sociedad. Validadatantoporlaliteratura medica como
la laica, observamos un creciente número de pacientes
geriatricos dentro de nuestra sociedad.
La piedra angular de la terapia médica es la medicacion.
Muchos pacientes, especialmente geriatricos, abrazan
con gran esperanza la busqueda de tratamiento medico
para su mejoramiento fisico y mental. Para el medico
general, el conocimiento de los principios terapeuticos
geriatricos se vuelve una necesidad basica para
minimizar los efectos adversos de las drogas
relacionados con la edad en estos pacientes.
Cambios en la farmacocinetica y farmacodinamica
relacionada con la edad. La terapia con drogas en el
paciente geriatrico se complica por dos mecanismos
basicos:(1) Cambios en la farmacodinamica (el efecto de
las drogas en el cuerpo), manifestada como un aumento
en la respuesta a una droga debido a cambios en la
sensibilidad a nivel de un receptor, y m Cambios
farmacocineticos (el efecto del cuerpo hacia las drogas),
la cual puede alterar la biodisponibilidad de las drogas tn)i Estas alteraciones relacionadas con la edad incluyen Alteraciones en la absorcion, distribucion,
biotransformacion, uni6n a proteinas y tejidos,
eliminacion y cambios en la sensibilidad de los
Receptores.
La absorcion de drogas a travez del tracto gastrointestinal puede ser menos eficiente y mas impredecible en el anciano debido a las reducciones asociadas con la edad. La reduction de las secreciones, motilidad, area de superficie y flujo sanguineo gastrointestinales pueden efectar la absorcion de las drogas en el anciano C2', El vaciamiento gastrico permanece esencialmente normal en la edad avanzada, en ausencia de diabetes mellitus o terapia con drogas anticolinergicas. Si el tiempo de vaciamiento disminuye, el tiempo necesario para lograr el efecto deseado de una droga y la duracion de este efecto podra encontrarse prolongado La motilidad y absorcion del intestino delgado puede no estar afectada con la edad, sin embargo, en la presencia de un crecimiento bacteriano elevado y/o edemas de la pared intestinal, la absorcion podria verse alterada Estudios sugieren que los agentes absorvidos por medio transporte activo
ejmplo.
calcio, hierro organico, tiamina) sonabsorbidas en menor
cantidad en el anciano. Sin embargo, la mayoria de las
drogas comunmente utilizadas son absorbidas por
difusion pasivaynoson afectadas
Biodisponibilidad Los estudiosclinicos hasta la fecha
han fracasado en la demostraci6n de que los cambios
relacionados con la edad y la absorcion, resultan en
eventos farmacologicos significativos - Inclusive en
drogas cuya absorcion es dependencia del pH, como la
digoxina (Lanoxin), no muestran cambios en su
biodisponibilidad en el anciano
-
Distribuci6n. La distribucion puede ser alterada por
cambios relacionados con la edad en la composition del
cuerpo. El volumen de distribucion (Vd) se expresa
comunmente como una relation de la cantidad de la
droga en el cuerpo y su concentradon (Cp) medida en
el plasma (Vd = dosis/Cp) La disminucion en la masa
corporal magra, gasto cardiaco, agua corporal total y
albumina serica afectan todas la distribucion de las
drogas en el paciente geriatrico
La disminucion en los niveles de albumina serica
relacionados con la edad pueden resultar en cambios
importantes en la union de las drogas a esta, con agentes
como los salidlatos, anticoagulantes, hipoglicemiantes
orales, antagonists del calcio y lidocaina. Dando como
resultado un aumento de la fraccion libre de la droga, y
por lo tanto, aumentando sus efectos clinicos, toxicos e
interacciones potenciales de la droga -
La primera proteina plasmatica de union para otras
drogas (ej. Propranolol) es la alfa 1 - glicoproteina
acida ( Esta en el anciano sano y mayormente en el
enfermo, se encuentra en niveles superiores a los de un
paciente joven mi- Lo anterior puede provocar una
disminucion de la fraccion libre de estas drogas, y con
ello, una disminucion del efecto clinico de la droga a
nivel del receptor, Sin embargo, la elevation de la
alfa1 -glicoproteina acida en el anciano, solo compensa
parcialmente el efecto biotransformador producido
por la disminucion en el metabolismo hepatico de estos
pacientes. Siendo su efecto neto la asociacion
Metabolismo. El metabolismo obiotransformacionde
muchas drogas se encuentra disminuida en pacientes
ancianos. Elhigado esel sitio principal del metabolismo
de las drogas. La disminucion en masa hepatica,
actividad enzima tica celular microsomal (ej. citocromo
P-450) y flujo sanguineo hepatico con la edad, reduce la
velocidad de bio transformation de drogas por el higado
farmacocinetica pediatricos
La Farmacocinética Clínica constituye una ciencia de carácter multidisciplinar y de un gran interés sanitario, cuyo principal objetivo en la práctica asistencial es la individualización posológica u
optimización de los tratamientos farmacológicos, a
fin de alcanzar la máxima eficacia terapéutica con la
mínima incidencia de efectos adversos.
Los fármacos habitualmente se utilizan partiendo de criterios preestablecidos y ayudándose de la
estrategia de “acierto-error”. Este empirismo basado en la respuesta clínica o bioquímica en relación
con la presencia del fármaco (como puede ser la
mejoría de una infección o el control de la glucemia
con insulina en un paciente diabético), no es posible en todos los casos, siendo necesarios métodos
alternativos aplicados a la situación individual de cada paciente. Uno de estos métodos es la farmacocinética clínica que emergió como una nueva disciplina a finales de la década de los 60, ofreciendo una
importante proyección clínica para el farmacéutico
de hospital con una sólida base científica. Según G
Levy, considerado su fundador, es: “una disciplina
de las ciencias de la salud que se ocupa de la aplicación de la farmacocinética al control terapéutico individualizado”.
Con el objetivo general de mejorar la terapia en
pacientes concretos mediante el uso de criterios farmacocinéticos, las funciones de la Farmacocinética
Clínica son diversas. La primera de ellas es el diseño
inicial de la posología en pacientes concretos y en
función de diversos parámetros como: información
sobre el perfil cinético del fármaco, objetivo terapéutico perseguido, proceso patológico tratado y
variables demográficas, fisiopatológicas y clínicas
del paciente. El conocimiento de la farmacocinética
en distintos tipos de pacientes es, pues, un requisito
importante y, por ello, en esta función de la Farmacocinética Clínica adquiere cada vez mayor importancia la farmacocinética poblacional, que estudia la
variabilidad intra e interindividual de los parámetros
farmacocinéticos básicos y la influencia sobre los
mismos de diversas covariables fisiopatológicas o
clínicas en poblaciones definidas de pacientes.
La segunda función de la Farmacocinética
Otras funciones no tan conocidas, aunque no
menos importantes, que se encuadran dentro de la
Farmacocinética Clínica son:
– Detección diagnóstica, con criterios farmacocinéticos, de respuestas anómalas que pueden obedecer a diferentes causas: incumplimiento, problemas de biodisponibilidad, errores de medicación,
interacciones, cinética inusual o efectos farmacogenéticos.
– Consulta y asesoramiento en situaciones especiales, por ejemplo: intoxicaciones medicamentosas o
empleo de técnicas de eliminación forzada.
– Análisis retrospectivo de errores terapéuticos o
tratamientos inadecuados
MONITORIZACIÓN DE FÁRMACOS
EN LA PRÁCTICA CLÍNICA
La idea de que la medida de las concentraciones
de los fármacos en los pacientes podía ser utilizada
para mejorar o controlar los tratamientos farmacológicos fue propuesta por vez primera en el año
1950, aplicada al tratamiento de las arritmias cardiacas con quinidina. Se estableció entonces, para algunos fármacos, una correlación más estrecha y evidente entre concentraciones y respuesta que la
existente entre dosis y respuesta y, por tanto, la posible utilización de dichas concentraciones para la
optimización de los tratamientos farmacológicos
El objetivo final de la monitorización es,
pues, encontrar un balance entre la máxima eficacia
y mínima toxicidad de un fármaco mediante el ajuste o individualización de la dosis, guiado u orientado
por la determinación analítica de las concentraciones
del fármaco en el paciente.
Margen terapéutico
Para que las concentraciones de un fármaco
tengan utilidad en la clínica es siempre necesario
que la relación existente entre concentraciones y
efectos, tanto terapéuticos como tóxicos, sea conocida. Dicha relación puede presentarse de diferentes formas, aunque generalmente adopta la forma
de una curva sigmoidea, de manera que al aumentar las concentraciones lo hacen los efectos observados hasta alcanzar un límite, por encima del cual no
se consigue una mayor eficacia aunque se incremente la concentración. La incidencia de efectos
adversos también se incrementa al aumentar las
concentraciones, y el perfil puede ser distinto para
diferentes efectos adversos
La relación concentración-efectos para un fármaco dado puede ser diferente dependiendo de la
respuesta buscada o tipo de enfermedad y, en consecuencia, un mismo fármaco puede presentar distintos márgenes para diferentes indicaciones. Además, otros factores metodológicos como técnica
analítica usada o fluido biológico muestreado, o clínicos como número y características de los pacientes
o tipo de terapia recibida, pueden afectar a la magnitud y reproducibilidad del margen terapéutico, como ocurre para ciclosporina. Por ello, es evidente
que los márgenes terapéuticos definidos para algunos
fármacos no son aplicables ni a todos los pacientes
ni en todas las situaciones clínicas
Programación del régimen posológico
El éxito de un tratamiento farmacológico depende en gran medida del régimen posológico utilizado,
pero la selección del mismo se ve dificultada por las variaciones o diferencias interindividuales en el perfil,
tanto farmacocinético como farmacodinámico, del
medicamento. En consecuencia, la respuesta observada tras la administración de una dosis fija de un
medicamento a una población de pacientes es, con
frecuencia, difícil de prever siendo posible obtener efectos terapéuticos, ineficacia e incluso respuestas
tóxicas en un porcentaje variable de pacientes.
Posibles causas de variabilidad
en la respuesta a los medicamentos
Dependientes del paciente
– Adherencia al tratamiento
– Edad
– Herencia genética
– Fisiopatología: insuficiencia renal, hepática, cardiaca, embarazo, obesidad
– Sexo
– Estado nutricional/dieta
– Otros: ritmos circadianos, hábitos de vida
(ej., tabaco, alcohol)
Dependientes del medicamento
– Formulación
– Vía de administración
– Interacciones
– Variaciones farmacocinéticas (ej.: metabolismo)
– Variaciones farmacodinámicas (ej.: tolerancia
La selección del régimen posológico inicial para un
paciente concreto puede efectuarse de forma empírica
de acuerdo a los datos clínicos, experiencia profesional
y criterio del médico, o bien, de acuerdo a diferentes
métodos o estrategias basadas en la aplicación de criterios farmacocinéticos, como se refleja en la Tabla 2.
Los métodos de dosificación a priori utilizan características conocidas del fármaco, del paciente y de
las patologías que pueden influir en los parámetros farmacocinéticos, y son los más habituales para la individualización inicial de la dosis en pacientes con insuficiencia renal, pediátricos u oncológicos.
FACTORES FISIOPATOLÓGICOS
Y CLÍNICOS QUE MODIFICAN
LA FARMACOCINÉTICA
Diversos factores fisiopatológicos y clínicos
pueden modificar las características cinéticas de la
mayor parte de los fármacos, exigiendo en muchas
ocasiones modificaciones posológicas adecuadas. Si
en la práctica terapéutica obviamos el principio de
individualización posológica en función de estas características, provocaremos intoxicaciones o fracasos terapéuticos innecesarios, por otra parte evitables.
Pediatría
La población pediátrica, especialmente los niños
recién nacidos y los niños prematuros, constituyen una
población compleja en la que se producen cambios fisiológicos rápidos como consecuencia del desarrollo,
que implican importantes alteraciones en la farmacocinética y en la posología. Considerando la heterogeneidad de la población pediátrica, ésta se subdivide habitualmente en los siguientes subgrupos: prematuros
(edad gestacional < 36 semanas), recién nacidos a término (edad gestacional > 36 semanas), neonatos (edad
postnatal, 0-1 mes), lactantes (1-2 meses), niños (1-12
años), adolescentes (12-18 años).
Las alteraciones en los procesos de distribución
afectan al conjunto de la población pediátrica, pero
muy especialmente a los niños recién nacidos y prematuros. Estos cambios suelen relacionarse con los cambios
en la composición corporal. Los niños recién nacidos
presentan un incremento en el agua corporal total y en
el agua extracelular acompañado de una disminución
en el agua intracelular. Esto supone un incremento en el
volumen aparente de distribución de la mayor parte de
los fármacos, especialmente los fármacos hidrosolubles y en niños prematuros. Así por ejemplo, los antibióticos aminoglucósidos presentan coeficientes de distribución en adultos entre 0,2 y 0,3 l/kg, que se
incrementan a valores de 0,3-0,4 l/kg en niños de edades comprendidas entre 1 y 18 años, de 0,4-0,6 l/kg en
recién nacidos a término y >0,6 l/kg en niños prematuros de muy baja edad gestacional. Por otra parte, los niños recién nacidos se caracterizan por una reducción
del porcentaje de albúmina que, unido a una mayor
presencia de sustancias desplazantes como la bilirrubina o los ácidos grasos libres, justifica una reducción en
el porcentaje de unión a proteínas de algunos fármacos, con el consiguiente incremento en el volumen aparente de distribución(4)
En relación con el metabolismo, los niños recién
nacidos presentan cualitativamente los mismos sistemas enzimáticos que el adulto pero reducidos, incrementándose con la edad. La capacidad del sistema citocromo P-450, responsable de las reacciones
metabólicas oxidativas, se encuentra entre el 20 y el
70% de los valores de adultos, incrementándose con la
edad fetal y postnatal. Las reacciones de hidroxilación y
conjugación con ácido glucurónico suelen ser las más
afectadas en el recién nacido, sin embargo la demetilación así como la conjugación con el sulfato y la glicina
suelen ser similares al adulto
Fármacos que se eliminan preferentemente a través del riñón como los antibióticos aminoglucósidos o
la digoxina, experimentan una disminución de su aclaramiento renal en niños recién nacidos y en neonatos
en relación con los adultos
Geriatría
La disminución de la natalidad y el incremento en
la esperanza de vida han aumentado significativamente la población geriátrica, que en los países desarrollados representa ya más del 15% de la población.
La población geriátrica se caracteriza por un deterioro
fisiológico progresivo que justifica diversas modificaciones farmacocinéticas y farmacodinámicas, que adquieren un especial interés considerando la frecuencia de utilización de fármacos en estos pacientes.
Variables como la capacidad vital, capacidad respiratoria, flujo renal o filtración glomerular, experimentan un progresivo descenso desde los 30-40 años
de edad, y se hace particularmente significativo a partir de los 60-65 años, edad considerada como punto
de corte para la población geriátrica
Estos individuos suelen presentar reducción del
flujo sanguíneo y de la motilidad gastrointestinal, disminución en la actividad de los sistemas portadores,
reducción de la superficie absorbente y retraso en el
vaciamiento gástrico. Todos estos factores pueden
contribuir a una disminución en la absorción gastrointestinal y en la biodisponibilidad de numerosos
fármacos, aunque no suele tener una gran trascendencia clínica.
Por otra parte, los ancianos presentan cambios fisiológicos que pueden afectar a los procesos de distribución tisular de los fármacos. Como consecuencia de la edad se produce una disminución de la masa
muscular y ósea, del agua intracelular y de la permeabilidad de las membranas, y un incremento en el porcentaje de tejido adiposo
Los ancianos tienen también disminuida su función hepática y renal. Se reduce el tamaño del hígado
y el flujo sanguíneo hepático experimenta un reducción del 40%. La disminución de la capacidad metabólica depende del sistema enzimático afectado, lo
que supone un aumento en la variabilidad interindividual del aclaramiento hepático. Las reacciones metabólicas presistémicas, o de Fase I, se encuentran más
afectadas que las reacciones de conjugación o de Fase
II. Los individuos de edad avanzada presentan, asimismo, una disminución de la masa renal, del flujo renal y de la filtración glomerular lo que contribuye a
una reducción de la excreción renal y de la secreción tubular. Esta disminución de la funcionalidad renal se
refleja en una disminución del aclaramiento de creatinina. Sin embargo, la creatinina sérica apenas se encuentra incrementada, puesto que la reducción en la
excreción renal de creatinina se ve compensada por
una disminución en su producción, debido a la pérdida de masa muscular que presentan los ancianos.
En pacientes geriátricos también se producen alteraciones farmacocinéticas como consecuencia de
patologías concomitantes o de interacciones inducidas por la politerapia, frecuente en este tipo de pacientes. También se han descrito en el anciano alteraciones farmacodinámicas con cambios de
respuesta
La obesidad constituye una serio problema de salud en los países desarrollados, en los que se ha observado una alta prevalencia de esta patología en edades comprendidas entre 30 y 65 años.
Los pacientes obesos presentan un mayor riesgo de
enfermedades cardiovasculares, alteraciones renales,
diabetes, depresiones, etc. Por otra parte estos pacientes experimentan importantes alteraciones fisiológicas que producen alteraciones farmacocinéticas,
especialmente a nivel de distribución, que obligan a
realizar reajustes posológicos para muchos fármacos.
La obesidad supone un incremento en el porcentaje de tejido adiposo y una reducción en el porcentaje de tejido magro y de agua. Paralelamente estos individuos presentan un aumento en el tamaño de los
órganos, en el gasto cardiaco y en el volumen total de
sangre, en la filtración glomerular y en la actividad enzimática de los hepatocitos.
Como se ha comentado, en algunos fármacos polares como antibióticos aminoglucósidos o teofilina
se recurre a la utilización del llamado "Peso de dosificación" (PD) que toma como base el peso corporal
ideal del individuo (PCI) y utiliza un factor de corrección denominado "Factor Adiposo" (FA). El Peso de
dosificación se calcula en base a la siguiente expresión:
PD = PCI + (FA/100) * (PCT – PCI)
Siendo PCT el peso corporal total de individuo.
El factor adiposo es específico para cada fármaco y
suele utilizarse un valor estandar, siendo, por ejemplo,
del 40% para aminoglucósidos y del 50% para teofilina.
La eliminación de fármacos en los obesos es variable. Como consecuencia de la obesidad, se produce un incremento en el peso del hígado y riñón y
un aumento en el flujo sanguíneo hepático y renal.
Asimismo se produce un incremento de la actividad de
algunos sistemas enzimáticos, como glucuronación y
sulfonación. Todo ello se traduce en un incremento
en los aclaramientos renal y hepático de diversos fármacos. El aclaramiento renal de aminoglucósidos y
cimetidina incrementa significativamente. El aclaramiento metabólico de fármacos que experimentan reacciones de biotransformación de fase I como antipirina, fenitoína o cafeína no se modifica en obesos, sin
embargo se incrementa para fármacos como ibuprofeno o prednisolona. En fármacos como lorazepam,
que experimentan reacciones de Fase II como la glucuronación, no incrementa su aclaramiento metabólico en obesos, sin embargo el oxazepam, que también
experimenta reacciones de glucuronación , incrementa su aclaramiento hepático
Embarazo
Durante el embarazo se producen cambios fisiológicos que modifican la farmacocinética. Estos
cambios pueden condicionar la dosificación, no sólo en la madre sino también a nivel fetal, formación farmacocinética disponible durante el
embarazo es limitada, debido a la dificultad de realizar estudios en esta población. Por otra parte, la farmacocinética puede variar significativamente entre
el primer y el noveno mes de gestación Durante el embarazo se produce un incremento
en el peso y en el porcentaje de tejido adiposo. También se produce un incremento del volumen plasmático y del agua corporal total. Paralelamente, se
produce una reducción en el contenido de albúmina
y un incremento en los ácidos grasos libres. Todas estas modificaciones conducen a un incremento en el
volumen aparente de distribución, tanto de fármacos
hidrosolubles como liposolubles. Por otra parte, se
produce un incremento en el gasto cardiaco, el flujo
sanguíneo renal y la filtración glomerular que conduce a un aumento en el aclaramiento renal.
Factores genéticos
El polimorfismo en en las enzimas implicadas
en el metabolismo de fármacos, regulado genéticamente, constituye uno de los factores que contribuyen a la variabilidad interindividual en la farmacocinética. Se han descrito enzimas polimórficas para
diferentes reacciones metabólicas del tipo de la hidroxilación, N-acetilación, etc.
Los fenómenos de polimorfismo genético condicionan la existencia de individuos "metabolizadores rápidos" y "metabolizadores lentos", cuya proporción varía para los distintos grupos étnicos.
Estas diferencias implican en la práctica diferencias
en la capacidad de biotransformación de los individuos, que pueden tener importantes consecuencias
terapéuticas cuando la enzima polimórfica afecta a las
principales rutas de biotransformación de los fármacos. El polimorfismo genético tiene importantes
implicaciones posológicas, ya que la dosificación de los
fármacos que presentan esta problemática debe de
ajustarse dependiendo del tipo de metabolizador Fármacos como imipramina, nortriptilina, codeína,
warfarina, fenitoína o isoniazida, entre otros, presentan polimorfismo genético en su metabolismo, con
posibles implicaciones terapéuticas
Insuficiencia cardiaca
La insuficiencia cardiaca constituye un síndrome
caracterizado por síntomas de gasto cardiaco reducido
y elevada congestión del corazón, como consecuencia, la circulación no es suficiente para liberar oxígeno y nutrientes a una velocidad compatible con los requerimientos de los tejidos. Entre las causas que la
provocan merecen destacarse el infarto y cardiopatías diversas, constituyendo un síndrome relativamente frecuente en pacientes geriátricos.
La reducción del gasto cardiaco que se produce en
estos pacientes implica una disminución en la perfusión sanguínea de diferentes órganos y tejidos, con
importantes implicaciones farmacocinéticas La insuficiencia cardiaca provoca una disminución del vaciado gástrico, congestión y edema intestinal, que reducen la absorción oral de algunos fármacos. La absorción intramuscular también se
encuentra afectada en estos pacientes, por reducción
del flujo sanguíneo local. Por otra parte, la hipoperfusión hepática que se produce incrementa la biodisponibilidad de fármacos con alta extracción hepática, por reducción en el efecto de primer paso
hepático.
Debido a la vasoconstricción periférica se produce una reducción en el volumen de distribución
del compartimento vascular, incrementando el volumen aparente de distribución del compartimento
periférico debido a un incremento del fluido intersticial. Así, por ejemplo, el volumen aparente de distribución del compartimento central de lidocaína se
reduce en un 40 a 50% en pacientes con insuficiencia
cardiaca
Insuficiencia renal
El riñón constituye un órgano fundamental, entre cuyas funciones está la de regular los fluidos corporales y el balance electrolítico, así como la eliminación
de sustancias endógenas y exógenas como los fármacos.
La pérdida de la funcionalidad renal, o insuficiencia renal, se debe a causas diversas, entre las que se
pueden citar patologías como la hipertensión, pielonefritis o diabetes mellitus, sustancias nefrotóxicas como algunos fármacos, hipovolemia o ciertas reacciones
de hipersensibilidad con base inmunológica.
La insuficiencia renal constituye una de las patologías que mejor pueden cuantificarse evaluando la tasa de filtración glomerular a través del aclaramiento
de creatinina, que constituye una forma habitual de
evaluar el grado de funcionamiento renal. El inconveniente de este método radica en que en muchas enfermedades renales, la pérdida de la capacidad de filtración glomerular y de la excreción renal no son
proporcionales.
La insuficiencia renal produce un incremento en el
pH y una disminución el tiempo de vaciamiento gástrico, que pueden afectar a la absorción de electrolitos débiles. También se ha descrito reducción de los sistemas portadores. Fármacos como el propranolol
aumentan su biodisponibilidad en este tipo de pacientes, por disminución en el efecto de primer paso.
Los cambios en la distribución de fármacos
producidos por la insuficiencia renal se deben a la
formación de edemas y a los fenómenos de desplazamiento en la unión a las proteínas plasmáticas.
Estos pacientes experimentan una reducción en la
cantidad de albúmina que, unido al incremento en
la concentración de sustancias desplazantes como
los ácidos grasos, contribuye a un incremento en la
concentración libre de algunos fármacos, con cambios en el volumen aparente de distribución.
METODOLOGÍA
DE LA MONITORIZACIÓN
La monitorización de concentraciones séricas
de fármacos, tal y como debe ser entendida, consta
de dos etapas: determinación de las concentraciones séricas e interpretación de las mismas. La fiabilidad de esta estrategia depende, en primer lugar de
la calidad y fiabilidad de la información obtenida y, en
segundo lugar, pero no menos importante, de la
adecuada utilización de criterios farmacocinéticos.
La interpretación de los resultados analíticos
constituye la parte más importante de la monitorización y requiere el conocimiento de datos clínicos,
tiempos precisos de recogida de las muestras, tratamientos concomitantes, y disponer de un margen
terapéutico o concentración diana previamente definidos, adaptados a la población a la cual pertenece
el paciente. La aplicación sobre esta información de
los conceptos de Farmacocinética Clínica constituye el paso posterior que permite la predicción de
una dosis eficiente y la programación de unas pautas
de dosificación adecuadas, utilizando un número de
muestras de sangre limitado y generalmente un algoritmo de estimación bayesiana, asequible y disponible a través de software comercial para algunos
fármacos en diferentes poblaciones de referencia
Tiempos de muestreo
La selección apropiada de los tiempos de extracción de muestras resulta de gran importancia, ya que
tiempos inapropiados no sólo constituyen un inconveniente para el paciente y ocasionan un gasto innecesario, sino que pueden condicionar las pautas de
dosificación dando lugar a resultados de tratamiento indeseables, como la ausencia de eficacia o la presencia
de toxicidad.
El limitado número de muestras que, por razones
obvias, pueden obtenerse en la práctica de la monitorización, supone la necesidad de seleccionar previamente aquellos tiempos de muestreo que permitan
obtener la máxima información farmacocinética y clínica.
Ensayos clínicos realizados con el fármaco monitorizado deben sugerir o demostrar que existe una correlación entre los efectos clínicos y sus concentraciones séricas. Para que las concentraciones séricas de
un fármaco puedan ser correlacionadas con la respuesta clínica y resulten útiles desde un punto de vista farmacocinético, deben ser obtenidas de acuerdo a
los siguientes criterios:
a) Una vez alcanzado el equilibrio de distribución del
fármaco entre la sangre y el resto de los fluidos,
órganos y tejidos a los cuales tiene capacidad de acceso. Es decir, la obtención de muestras debe realizarse una vez finalizados los procesos de incorporación y distribución. Las concentraciones séricas
obtenidas en fase predistributiva, además de ser
más difíciles de interpretar farmacocinéticamente,
no guardan relación con la respuesta clínica, ya que
sólo cuando el equilibrio de distribución ha sido alcanzado las concentraciones séricas pueden constituir un índice válido de las concentraciones en el lugar de acción.
b) En situación de estado de equilibrio estacionario,
es decir cuando la administración repetida del
fármaco determina que la velocidad de eliminación se iguale a la de administración, y las concentraciones se mantengan constantes o fluctuen
de manera constante entre un valor máximo y mínimo. Este tipo de concentraciones simplifican los
cálculos farmacocinéticos y pueden correlacionarse mejor con la respuesta clínica observada
c) El tiempo de muestreo dentro del intervalo posológico, debe corresponder con las concentraciones
para las que existe una mayor correlación con la
respuesta, y para las que se definió el margen terapéutico o concentración diana correspondiente.
Dependiendo del fármaco ello supone la obtención
de una o dos muestras, correspondientes generalmente a las concentraciones mínimas, medias o
máximas dentro del intervalo posológico. Este
tiempo también viene condicionado por la vía de
administración del fármaco. Para fármacos administrados por vía oral, las concentraciones mínimas
suelen proporcionar la información más útil, ya que
a ese tiempo los procesos de absorción y distribución
suelen tener una mínima influencia y además informan sobre si concentraciones eficaces han persistido a lo largo del intervalo.
d) El tiempo de muestreo puede depender de las razones clínicas que determinan la necesidad del análisis. Así, en el caso de sospecha de toxicidad, la
muestra idealmente debe ser obtenida en el momento en que se manifiesten los síntomas tóxicos, con independencia de otros criterios. De igual modo, la obtención de concentraciones tras la administración de la primera dosis, puede ser necesaria
para asegurar la eficacia terapéutica o evitar toxicidad en un paciente de riesgo.
De acuerdo a los criterios previamente comentados, se toma la decisión de monitorizar concentraciones cerca del máximo, del mínimo o de algún tiempo
intermedio dentro del intervalo de dosificación. En
general las concentraciones máximas son las más difíciles de caracterizar, ya que dependen de la forma de
dosificación y pueden ser alcanzadas antes de la fase
postdistributiva
Fluidos muestreados
La utilización de las concentraciones de fármacos
para optimizar los tratamientos farmacológicos, presupone obtener muestras del fluido biológico que se
encuentre en equilibrio con el lugar de acción. Por
ello, el fluido biológico generalmente utilizado en monitorización es plasma o suero obtenidos a partir de
sangre venosa. Ya que los fármacos no se unen de
forma significativa a las proteínas implicadas en la coagulación sanguínea, los términos concentración sérica y plasmática se consideran equivalentes.
Generalmente las técnicas analíticas utilizadas en
monitorización cuantifican la concentración total de
fármaco en suero o plasma, siendo dicha concentración
la suma de las fracciones de fármaco libre y unido a
proteínas. Los efectos farmacológicos se asumen condicionados sólo por la fracción libre, que es la que se encuentra en equilibrio con la fracción en tejidos y, por
tanto, en el lugar de acción. En la mayor parte de los casos la fracción libre en suero es un porcentaje más o
menos constante del total, de modo que la concentración total es indicativa de los efectos farmacológicos
esperados. Sin embargo, cuando la unión a proteínas
plasmáticas se modifica por diversas causas (procesos
patológicos, interacciones, saturación, etc.), la interpretación de las concentraciones totales y su utilización para la toma de decisiones terapéuticas es más
problemática, especialmente para fármacos que se
unen en un gran porcentaje a las proteínas. En estas situaciones, la determinación de las concentraciones de
fármaco libre o el uso de otros fluidos biológicos alternativos, como la saliva, puede ser conveniente

Interpretación farmacocinética
Para la interpretación de las concentraciones determinadas es necesario utilizar un modelo farmacocinético, que simplifique el complejo sistema biológico del organismo y los procesos que el fármaco
experimenta en él. Dicho modelo permite caracterizar el comportamiento cinético básico del fármaco
a nivel de distribución y eliminación, mediante ecuaciones que describen la evolución de las concentraciones del fármaco en el organismo en función del
tiempo. Estas ecuaciones farmacocinéticas, dependientes del modelo y de las características del tratamiento recibido, permiten a su vez el cálculo de los parámetros cinéticos en el individuo y, en función
de los mismos y de las características farmacodinámicas, la programación o individualización de la posología
Fármacos monitorizados
Los criterios necesarios, a priori, para que la monitorización de un determinado fármaco esté justificada se
recogen la Tabla 5. Otros factores clínicos, no recogidos
en la Tabla, aunque claves para la aplicación racional de
la monitorización, son los relacionados con los criterios de utilización del fármaco. Nunca estará justificada
la monitorización de un medicamento utilizado con
una indicación inadecuada, o en aquellos tratamientos cuya duración no sea lo suficientemente larga como para
que el paciente pueda beneficiarse de nuestra intervención. Los fármacos que satisfacen la mayoría de los criterios señalados constituyen los fármacos habitualmente monitorizados, y se enumeran en la Tabla 6,
junto con el correspondiente margen terapéutico. Debe señalarse, no obstante, que determinadas circunstancias pueden justificar la monitorización de fármacos
no habitualmente monitorizados (paracetamol en intoxicaciones, salicilatos utilizados en dosis altas o cafeína
en el tratamiento de la apnea neonatal). Asimismo, aunque hoy por hoy no se incluyen dentro del grupo de
fármacos habitualmente monitorizados, los antiretrovirales inhibidores de la proteasa, ciertos antifúngicos
sistémicos, citostáticos y tuberculostáticos, son atractivos candidatos a monitorizar. Necesitamos, no obstante, una definición precisa de la relación concentración-efectos y una metodología analítica más asequible,
que enfaticen la utilidad clínica de las concentraciones séricas para mejorar la terapéutica con estos fármacos.
En la actualidad se reconoce la importancia de la monitorización de ciertos fármacos sin margen terapéutico establecido o técnica analítica fácilmente disponible.
Tal es el caso de la mayoría de los antineoplásicos, para
los que la dosificación en función del ABC puede reducir significativamente la incidencia de toxicidad e incrementar la supervivencia, en comparación con los
métodos de dosificación convencionales.
